Seguimos avanzando hacia la evaluación auténtica Ahora nos toca indagar sobre el ¿para qué evaluar?
La primera actividad del segundo módulo del curso Evaluación en Ambientes Digitales consistió en diseñar y relevar una encuesta de opinión sobre evaluación dirigida a docentes. Mi grupo de trabajo se autodenominó Jazmín de Lluvia, dado que somos un sub-grupo del grupo Jazmín, y lo integro junto con Aida Goldsack, Dámaris Portillo y Carolina Carelli. ¡Un verdadero placer trabajar con ellas! Aprovechamos la virtualidad y trabajamos en forma asincrónica y sincrónica.
El instrumento de relevamiento se realizó en Google Forms:
La encuesta está estructurada en 4 secciones. En la primera se indaga sobre las diferentes concepciones acerca de la evaluación y sobre el agente evaluador. En la segunda sección, el foco está puesto en los instrumentos de evaluación habitualmente utilizados por los docentes en sus respectivos cursos. La tercera sección aborda la redacción de consignas auténticas y la última la retroalimentación.
Esta encuesta fue circularizada entre colegas de las cuatro integrantes del grupo Jazmín de Lluvia y obtuvimos 25 respuestas. El 59% de los docentes encuestados tiene una concepción conductista de la evaluación, ya que considera que el estudiante es sujeto de aprendizaje; que en una evaluación lo más importante es la resolución correcta de los ejercicios para comprobar los aprendizajes conceptuales y calificar al estudian; y que la evaluación permite principalmente medir resultados, verificar la adquisición de contenidos y calificar.
En relación al agente evaluador, las estrellas son el docente y el estudiante; menor participación tiene la co-evaluación.
Los instrumentos de evaluación más utilizados son las pruebas semiestructuradas, seguidas de las presentaciones multimedias y las pruebas objetivas. El portafolio es el instrumento menos utilizado de todos.
No obstante, el 84% de los docentes encuestados manifiestan evaluar competencias.
El siguiente gráfico resume las características que los docentes consideran debe tener una consigna auténtica.
Para finalizar, seis de cada diez docentes declaran utilizar estrategias de retroalimentación, y siete de cada ocho realiza retroalimentaciones formativas. Las estrategias más utilizadas están relacionadas con clarificar, valorar y sugerir (escalera de Wilson).
A partir del análisis de estos resultados, realizado con mis colegas, observamos una contradicción entre la evaluación por competencias que manifiestan poner en práctica los docentes encuestados y los instrumentos que más utilizan a la hora de evaluar que apuntan, generalmente, a evaluar contenidos más que competencias.
Además, si bien la mayoría de los docentes encuestados manifiesta realizar una retroalimentación formativa, las herramientas utilizadas para evaluar no se condicen con las correspondientes a una concepción constructivista. Algo similar está pasando con mi propia práctica docente.
La segunda actividad consistió en poner a disposición del resto de los integrantes del Grupo Jazmín, los instrumentos de evaluación propuestos en la Actividad 1 y "evaluar" dos de ellos en cuanto a las características y estructura de las consignas auténticas. Además, debíamos realizar dos retroalimentaciones formativas, una de acuerdo al protocolo que propone Rebeca Anijovich (¿cómo va? ¿cómo lo está haciendo? ¿cómo sigue?) y otra teniendo en cuenta al menos dos escalones de la escalera de Wilson.
Aplicar ambos protocolos no resultó tarea sencilla. Esta actividad puso en evidencia que en mi práctica docente recurro con más frecuencia a la retroalimentación correctiva que a la formativa.
¿Habré logrado aprendizajes significativos?
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