Tiempo de evaluar y evaluarme

    Llegó el momento de re-pensar la evaluación en docencia. Es una instancia que, históricamente, me ha producido mucho estrés. Me generó tensiones como estudiante, me genera tensiones como docente y también como mamá, cada vez que mis hijos tienen que enfrentar una instancia de examen. Esperar que llegue "ese" día ..., deseando en el fondo que nunca llegue, y cuando llega, esperar que pase rapidísimo ¡Cuánta ambigüedad!


    Muchas veces, como docente, me cuestioné si no había otra manera de acreditar saberes sin poner al estudiante a esta instancia de "todo o nada". Sin preparación pedagógica, fui avanzando por prueba y error. Comencé proponiendo actividades que los estudiantes podían resolver en equipo o individualmente (según fuera el caso), autoevaluaciones, exposiciones de trabajos y resolución de prácticos que les iban otorgando "créditos" para las instancias de evaluación sumativa. Y aunque estas actividades no reemplazan ni los exámenes parciales ni el final, les garantizaban estar un escalón más próximo de la nota de aprobación. 
    De manera muy rudimentaria, y más por intuición que por ciencia, he ido acercando mi actividad docente a los paradigmas que los cursos de la Dirección de Educación a Distancia e Innovación Educativa de la UNCuyo nos plantean. Al principio parecen chino básico para un neófito en pedagogía, pero poco a poco y paso a paso, te atrapan.
"Educación a distancia" en chino tradicional
"Educación a distancia" en chino tradicional
según el traductor de Google.
    Estos cursos han puesto al alcance de mi mano, no solo herramientas tecnológicas sino también un cúmulo de elementos pedagógicos que me han incentivado a hacer una re-ingeniería de los cursos que tengo a cargo, buscando no solo lograr aprendizajes significativos sino también nuevos mecanismos para evaluar a los estudiantes y evaluarme como docente. 
    Este último tema es el que aborda este nuevo curso "Evaluación en ambientes digitales". Según la Real Academia Española, evaluar es "estimar los conocimientos, aptitudes y rendimiento de los alumnos", por lo que es mucho más que un examen y tiene un sentido mucho más amplio que "calificar". 
   Y acá estamos, empezando a andar el camino de la "re-significación" de la evaluación. Y pienso hacerlo paso a paso, para sacarle el mayor provecho. 
    El primer módulo nos desafía con tres preguntas básicas, aparentemente inofensivas, pero que tienen el potencial de derribar varias estanterías:
  • ¿qué evaluar?,
  • ¿cómo evaluar?,
  • ¿para qué evaluar?
    El Plan de Estudios de la Licenciatura en Economía de la UNCuyo define el marco de competencias generales y especificas que debe logar un egresado, por lo que tengo parte de la respuesta a la primera pregunta. La otra parte la constituyen los resultados del aprendizaje del curso/módulo/tema que deben estar atados a esas competencias. Mis primeros intentos de organizar los procesos en términos de resultados del aprendizaje se remontan a un año atrás, a partir del curso "Diseño de ambientes digitales educativos". Y me sirvieron para estructurar nuevamente contenidos en la búsqueda de aprendizajes significativos. Ahora, es el turno de evaluar y evaluarme: ¿cómo verificar que los estudiantes han logrado aprendizajes significativos?
    Para poder responder, es necesario diseñar una evaluación auténtica. La siguiente infografía resume sus elementos principales:

Web del maestro CFM

    Y para que la evaluación cumpla estos requisitos, las consignas deben ser auténticas, en el sentido definido en el curso. 
    El siguiente link, les permitirá acceder al primer intento "presentable" de consignas auténticas, de los muchos que he hecho en los últimos días:


    Es una respuesta inicial a la segunda pregunta: ¿cómo? Espero, en las próximas semanas, elaborar consignas realmente auténticas.
    Para finalizar esta entrada, en relación con el ¿para qué evaluarlos así?, la actividad propuesta tiene una doble intención: comprobar la integración de contenidos, avanzando de lo particular a lo general y  evaluar críticamente la aplicabilidad de lo aprendido a situaciones que los estudiantes enfrentarán habitualmente como consumidores y como profesionales.
    Como cierre de esta entrada, pido prestada la siguiente frase, no pude encontrar a quien atribuírsela, pero me gusto:


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